Por otro lado, la participación de las energías renovables en la generación eléctrica mundial ha crecido de manera significativa en las últimas dos décadas. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), en el año 2000 las fuentes renovables representaban apenas el 19% de la producción global de electricidad, mientras que para 2022 esta cifra alcanzó el 29%, impulsada principalmente por el crecimiento de la energía solar y eólica. La inversión global en energías renovables también ha aumentado de manera considerable: de acuerdo con BloombergNEF, en 2023 se invirtieron más de 500 mil millones de dólares en tecnologías limpias, un incremento del 17% respecto al año anterior. En cuanto a los costos, el precio promedio de generación eléctrica a partir de energía solar fotovoltaica ha caído aproximadamente un 85% desde 2010, y el de la energía eólica terrestre cerca de un 55%, lo que las ha vuelto altamente competitivas frente a los combustibles fósiles en muchas regiones del mundo. Sin embargo, a pesar de estos avances, los combustibles fósiles aún representaron el 61% del suministro energético total en 2022, evidenciando que la transición energética sigue enfrentando importantes desafíos estructurales, especialmente en almacenamiento de energía y modernización de redes eléctricas.
karla flores