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12 March, 2025

​Las tendencias de los combustibles fósiles al largo plazo

Los representantes de 200 países reconocieron por primera vez en toda la historia en dar el paso para abandonar el uso de energías no sostenibles como el petróleo, gas y carbón. El histórico pacto fue conseguido en la cumbre de Naciones Unidas COP28, que en las últimas dos semanas se ha celebrado en Dubái (Emiratos Árabes Unidos).

Recientes informes indican que el consumo mundial de combustibles fósiles ha alcanzado niveles récord, con un aumento del 1.5% en 2023, impulsado principalmente por el crecimiento en el consumo de petróleo. Este incremento ha llevado las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) a aproximadamente 37,400 millones de toneladas, un incremento del 0.8% respecto al año anterior.​ A pesar de este aumento, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) proyecta que la demanda de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo antes de 2030, anticipando una disminución del 25% en su consumo para ese año, debido al rápido crecimiento de las energías limpias y a políticas gubernamentales que promueven la electrificación y la sostenibilidad.

Este cambio marcará el inicio de la “era de la electricidad”, con una creciente participación de fuentes de bajas emisiones en la generación eléctrica mundial.

Es importante destacar que, aunque la demanda de combustibles fósiles podría alcanzar su pico antes de 2030, la transición hacia una matriz energética más sostenible requerirá esfuerzos continuos y coordinados a nivel global.

Para tomar una idea del consumo energético actual, tendremos presente que la humanidad ha estado existiendo en la tierra desde hace unos 300,000 millones de años y durante 299.000 de esos años, prácticamente todos vivíamos menos y vidas marcadas por el trabajo pesado y la pobreza. Sin embargo, todo empezó a cambiar alrededor del siglo XIX, cuando empezamos a explotar las enormes reservas de combustibles fósiles.

El uso del carbón, el petróleo y el gas desató la revolución industrial y con ella un crecimiento económico explosivo, la población comenzó a crecer exponencialmente y con ello la productividad social.

Nuestros ancestros cazadores y recolectores se las arreglaban con unos 10 gigajulios de energía al año, pero hoy un estadounidense promedio consume 50 veces más, estimó el profesor Vaclav Smil. Revelando que la montaña de energía ha estado incrementando de manera sustancial todos estos años.

Aún existe un gran camino por recorres, ya que actualmente el 80% de la energía que utilizamos todavía proviene de los combustibles fósiles. Reducir estos números es el desafío de la próxima revolución energética que debió gestarse en la COP28.

Pero muchas variables se están colocando sobre la mesa, entre ellas se encuentra la eficiencia de generación eléctrica siendo más barata día con día gracias a la innovación y la búsqueda de alternativas económicas favorables.

karla flores

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