El panorama actual se define como más calor y menos comida
De acuerdo con proyecciones del IPCC y estudios nacionales, fenómenos como las sequías prolongadas, lluvias torrenciales y aumento de temperatura están reduciendo la productividad de cultivos esenciales como el maíz, el chile o la cebolla, un ejemplo es el norte del país, se espera que las lluvias extremas se dupliquen y la temporada seca se intensifique hacia finales de siglo.
Esto afectaría no sólo la producción agrícola, sino también la economía regional, estos cultivos representan más del 30 % de los ingresos del sector agropecuario en ciertas regiones, a esto se le suma el estrés hídrico, la pérdida de biodiversidad y el incremento de plagas, factores que amenazan la estabilidad alimentaria y económica de miles de comunidades dentro de nuestro país.
¿Qué está agravando la situación?
Hoy en día tenemos una preocupante disminución del rendimiento agrícola, las proyecciones señalan una pérdida potencial del 5 % al 20 % en nuestro rendimiento nacional, y en escenarios críticos, esta pérdida podría superar el 80 %, así mismo, contamos con una presión grave sobre recursos hídricos esto principalmente presentado por culpa de una mala gestión de este recurso y el incremento de las temperaturas que evaporan el agua del suelo, lo que reduce su eficiencia en riego. Del mismo modo, el sector agropecuario es responsable de alrededor del 17 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en México, debido al uso intensivo de combustibles fósiles, fertilizantes y deforestación.
karla flores